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y, cuando llega a casa, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado mi oveja que se había perdido”. Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

Parábola de la moneda perdida

»¿O qué mujer que tiene diez monedas[a], si pierde una, no enciende una lámpara, barre la casa y busca con empeño hasta hallarla?

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Footnotes

  1. Lucas 15:8 Lit., diez dracmas; una moneda de origen griego del mismo valor que un denario, que equivalía al salario de un día para un obrero.